lunes, 10 de marzo de 2014
Mucha fiesta, poca clase.
Como ya sabrán los alumnos veteranos de la facultad y acaban de descubrir los nuevos, siempre que se sale a darlo todo en esta vida que tenemos, se necesita un tiempo de recuperación, sino nos convertimos en seres lo más parecidos a zombis vivos durante las clases y da igual que estemos en una optativa o en una interesante clase de toxicología (o bioquímica, o tecnología, o técnicas o...y así toda la carrera) que esa hora de nuestra vida pasará sin pena ni gloria y nosotros con una cara de espanto intentaremos aguantar estoicamente el tipo y aparentar que estamos frescos cual lechuga, cuando somos más bien, el césped de reina en un día de invierno que ha llovido mucho y todo está encharcado. Pero como intentamos ser responsables y hacemos el esfuerzo a veces, vamos a clase, aunque después nos arrepintamos a cada lento minuto que va pasando y estemos deseando que pite el timbre para ir a casa y meternos en la cama hasta que el día se acabe. Por eso yo creo que por si acaso no debería de haber clases obligatorias los Lunes por si las moscas...MÁS CULTURA!!!
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